Para este primer artículo del blog de LA MINA DIGITAL, que inauguramos hoy, son muchas las ideas más o menos ingeniosas que se le pueden venir a uno a la cabeza…
Desde relatar el periplo que nos ha traido hasta aquí, en una travesía como la vida misma, mitad azarosa mitad voluntariosa; a la tentación de dejar constancia para la posteridad de algún logro que alimente nuestro voraz ego.
Pero sólo tras una mínima reflexión para entender qué debe inspirar el objetivo de estas publicaciones, es cuando caigo en la cuenta de que tendremos que abandonar bucles personalistas y abordar este ilusionante proyecto desde una perspectiva nítida de “utilidad basada en la experiencia”.
Son más de 15 años aprendiendo (y desaprendiendo) Internet; sus motivaciones, sus posibilidades, su proyección… Entendiendo su dimensión: la punta de lanza de una nueva revolución, un fabuloso canal de comunicación global…
Un eco digital donde un leve susurro, de pronto, se proyecta al instante más allá de nuestro horizonte; incluso más allá de horizontes nunca antes visitados.
Y es ese latido fascinante, el de la inmediatez de las ideas compartidas con el mundo conocido (y el ajeno), el que da vida a este nuevo ecosistema digital.
En este universo en el que hoy nos desenvolvemos, saltamos entre cúmulo de galaxias en un número de combinaciones casi infinitas, tan solo deseándolo, sólo limitados por esa variable inexorable que marca nuestra existencia: el tiempo.
Tiempo para comprar, para jugar, trabajar, socializar; para informarnos (o desinformarnos)… Con una capacidad para contrastar posibilidades como nunca antes la humanidad ha podido soñar.
Y esto no ha hecho nada más que comenzar. Millones de máquinas, las más sofisticadas y las domésticas, esperan para acceder a la nube y brindarnos posibilidades nunca antes soñadas: nuestra nevera pedirá reponer yogures al súper, la lavadora contactará con la asistencia técnica cuando detecte un leve fallo en el centrifugado, nuestro automóvil tomará el control si percibe leves indicios de somnolencia en el conductor…
Pero dejemos de hablar del mañana (aunque sólo queden 24 horas para que lo tengamos aquí) y volvamos al ahora, centrándonos en la relación ya inevitable de la empresa e Internet.
Cientos de miles de empresas compitiendo por hacerse notar entre aquellos que buscan en la web sus servicios o productos. Una búsqueda con la que el interesado necesita encontrar la mejor opción de las muchas disponibles en el menor tiempo posible. Porque ese tiempo empleado lo debe de compartir con el resto de necesidades que surgirán a lo largo del día (trabajar, jugar, socializar, informarse,…).
De la necesidad de optimizar tiempos de carga, la gestión del interés de nuestros potenciales clientes en nuestros productos o servicios y la eficiencia en la entrega de los mismos, estaremos encantados de aportar nuestra experiencia en próximas entregas de este recién nacido blog.
No pienses que esta es una carrera a la que llegas tarde. Por el contrario, este es un camino que otros han comenzado a recorrer hace ya algunos años, y a base de tropiezos y logros nos han marcado un mapa de ruta (siempre vivo, re-escribiéndose cada día) que nos ayuda a incorporarnos hoy en la ruta con alta probabilidad de éxito.
Tú y tu negocio ya respiráis (respiramos) en digital. Te invitamos a evolucionar juntos en este nuevo y fascinante ecosistema.
Luis F. Hurtado Alarcón
CEO en La Mina Digital